jueves, 30 de mayo de 2013

10. Tiburón Blanco

La escasez de ataques, sobre todo mortales, se debe a que los tiburones blancos no consideran a los humanos como auténticas presas potenciales. De hecho, es posible que el sabor de la carne humana les sea incluso algo desagradable, y desde luego que les resulta mucho menos nutritiva y bastante más difícil de digerir que la de ballena o foca, provistas de gran cantidad de grasa. La gran mayoría de ataques del tiburón blanco consisten en un único mordisco, tras el cual el animal se retira llevándose pocas veces algún trozo de la infortunada víctima (principalmente pies y piernas). Estos ataques se pueden deber a tres posibles razones: 


 1. Considera al hombre como un intruso en su actividad diaria al que interpreta como una amenaza potencial. Por ello, la mordida y posterior retirada no sería más que una simple aunque desproporcionada "advertencia".


 2. El animal se siente confuso ante algo que nunca ha visto antes y no sabe si es comestible o no. Por tanto, el fugaz ataque es una especie de "mordisco-prueba" con el que intenta hacerse una idea de si le conviene alimentarse en el futuro de ese nuevo elemento en su mundo. El posible gusto desagradable y complicaciones digestivas posteriores impulsarán al tiburón a no cazar humanos después de esta experiencia.  


 3. El tiburón confunde a la víctima con su comida habitual. En este caso se explicarían muchos de los ataques contra bañistas y surfistas en California, por ejemplo, ya que cuando se ven desde abajo resultan bastante parecidos a un león marino que sale a respirar aire o que se desplaza a toda velocidad cerca de la superficie del agua.



No hay comentarios:

Publicar un comentario